Cuando pregunto a mis alumn@s por qué han decidido buscar un profesor, la respuesta es muchas veces la misma: sobresaturación de información. ¿Para qué? Para que les ayude en la organización y selección de contenidos. Vivimos en la era de la información y es algo que nos puede hacer sentir que perdemos el rumbo.
Cuando estuve estudiando la carrera de Magisterio, ya nos previnieron de esto con lo que nos enfrentamos: la era de la información.
La función del maestr@ no es ya dotar de conocimientos al alumno o educarle, sino GUIARLE. Por ello, hoy más que nunca son importantes las PREGUNTAS.
Las preguntas era en lo que se basaba el método dialéctico de Sócrates.
¿Qué es lo que quiero? ¿Por qué? ¿Para qué? Hoy existe una nueva disciplina, el COACHING, que ha surgido para resolver esta situación. Lo importante hoy día no es encontrar la información sino clasificarla y seleccionarla, ser capaces de elegir lo que necesitamos es vital para poder llegar a buen puerto.
Como músic@s contamos con cientos y cientos de RECURSOS, herramientas. Pero siempre hay que tener en cuenta el FIN, la META. Y no estoy hablando de metas a largo plazo únicamente, que son las que puede tener un músic@ ambicioso, que por supuesto también.
Lo más importante es tener LA META PRESENTE. ¿Por qué y para qué he elegido mi instrumento? ¿Qué quiero de mi instrumento? ¿Para qué sirve mi instrumento? ¿Por qué se llama instrumento? Parecen preguntas muy obvias, tanto, que corremos el peligro de precisamente eso, obviarlas.
Por si a alguien se le ha olvidado y aunque suene redundante:
UN INSTRUMENTO MUSICAL ES UN INSTRUMENTO PARA HACER MÚSICA.
Constantemente veo métodos y vídeos de músic@s enseñando cómo desarrollar la técnica tocando a gran velocidad y precisión. En diferentes escuelas he visto a alumn@s practicar horas y horas recorriendo escalas de arriba a abajo.
La técnica es fundamental. Pero no nos olvidemos de que es un recurso. La Música son motivos, frases, melodías y armonías, ritmos. Son temas, canciones. Obras.
Recuerdo a mi maestro Chas Grasamke cuando me veía agobiado recorriendo a toda prisa los pasillos de Musicians Institute. Me decía, siéntate y disfruta. Entonces cogía la guitarra española y me cantaba alguna canción de los Beatles utilizando sencillos acordes abiertos. “Hey Santiago” parecía que me quería decir cantando “Hey Jude” “tranquilízate, coge una canción e intenta mejorarla” que es precisamente el mensaje de esta canción de The Beatles.
SANTIAGO PIGMALIÓN
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