Me imagino que si estas leyendo este artículo es porque tocas la guitarra, el bajo o algún otro instrumento, así que seguramente te verás identificado con muchas de las cosas que vas a leer a continuación.
En mi experiencia, que no es que sea mucha, o se suele empezar en esto de la guitarra (lease otros instrumentos) a una tierna edad cuando nos regalan nuestra primera guitarra los reyes magos o cuando comenzamos a tocarla en el coro de la iglesia o impulsado por un progenitor que la toca y quiere ver a su vástago alcanzar la gloria musical con la que él siempre soñó pero nunca alcanzó por los devenires de la vida. O se empieza ya madurito por quitarnos esa espinita musical que siempre hemos llevada clavada.
Si has empezado en el mundo de la guitarra de benjamín luego tenemos la opción A, que es seguir tocando el instrumento de manera constante hasta convertirnos en una máquina total del rock, blues, heavy o lo que sea que tocas. O la opción B, que es dejar la guitarra olvidada en el armario y a tu padre cagándose en tus muertos por la pasta que se ha gastado para nada. Los motivos por los que olvidamos a nuestra querida compañera suelen llevar una falda o pantalones bien ajustados de esos que quitan el hipo o una dedicación total al estudio o al trabajo (nunca se sabe).
La cosa es que por A o por B tu querida guitarra ha sido desterrada al armario del olvido del que nunca saldrá más. ¿O quizás si?.
Ya han pasado los años y la vida te ha pegado unos buenos rejonazos. Te has casado, o no. Tienes el piso, el coche y la cuenta del banco con más agujeros que un queso de gruyer. La cosa es que cuando te sientas en el sofá después de un duro día de trabajo te entra un pequeño ardor en el estómago que inicialmente achacas a los callos a la madrileña que no deberías haber pedido en el menú del día, pero que en realidad es el ansia de volver a ver aquella amiga y compañera que dejaste en el olvido hace tanto tiempo, tu querida guitarra.
Te vas hasta el armario y ves que detrás de un montón de ropa que ya nunca te pones hay una funda en el rincón más recóndito. La sacas y la observas ensimismado. Este es un momento tipo Indiana Jones encuentra el arca de la alianza. Abres la cremallera y la sacas. El reflejo de la luz en el barniz hace que entornes los ojos (esto es para darle más emoción al tema) y por fin la puedes apreciar en toda su belleza. La sujetas por el mástil y te la pones en el regazo. Las manos te tiemblan un poco. ¿Te acordaras como tocar un par de acordes?. Pones los dedos en las cuerdas y las rasgueas con suavidad. Casi acariciándolas. Como habías echado de menos ese sonido. Cada nota suena a gloria bendita, y por arte de magia el ardor de estómago ha desaparecido.
Esto que has leído te puede sonar a coña marinera pero les ha pasado a much@s. Lo bueno es que ahora con un poco de suerte no lo volverás a dejar nunca y seguirán tocando hasta el fin de sus días.
Lo malo es que has hecho el capullo perdiendo tanto tiempo sin tocar y ahora te tocará currártelo el doble o el triple para poder tocar un poco decentemente el Highwat to Hell.
El otro camino es el que yo he tomado. Señor de mediana edad, todavía destilando juventud y belleza busca iniciarse en el mundo de la música. No es un anuncio en la sección de clasificados. Es lo que le pasa a muchos cuarentones, cincuentones y demás edades.
Yo quería tocar un instrumento desde joven, pero tras muchas frustraciones con un xilofóno que incluía platillos y tambor y el típico órgano digital de casio estilo años 80. Abandone mi carrera musical para dedicarme a otros pormenores.
Pasaron los años y el niño se hizo hombre igualito que en la canción de Julio Iglesias sobre Chabeli. Eran los 90 y gracias a que algunos amigos también tocaban la guitarra me empezó a picar el gusanillo musical otra vez. La cosa es que me lié la manta a la cabeza y me compre un amplificador cutre y un colega me dejo una guitarra que tenía por ahí sin usar (ahora se porque).
GRAN ERROR!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
El amplificador lo compré en el corte Inglés en la paupérrima sección de música que tenían y la guitarra se asemejaba más a un palo de escoba con cuerdas que a un instrumento musical. Se desafinaba constantemente. Repito, GRAN ERROR, de principiante. Comprarte lo más barato que encuentres. Cuantas ilusiones musicales se habrán ido al garete por no haber invertido lo suficiente en el equipo cuando se empezaba a tocar.
Me puse a hacer mis pinitos con tan increíble equipo y aquello sonaba como si hubiese metido un gato en un saco y le estuviese dando de palos. estoy seguro que mis vecinos todavía me miran mal pensando que soy un maltratador de animales. Para fortuna de toda la humanidad la cosa no duro mucho, ya que yo achaque aquellos sonidos endemoniados a la total falta de talento musical por mi parte. El ampli se fue al trastero y la guitarra se la devolví a mi colega o la eche al fuego, no me acuerdo bien.
A ver, no se trata de que te compres una Fender Custom Shop cuando no sabes ni hacer 2 acordes, pero hoy en día hay cosas muy majas y que te pueden dar un buen resultado por algo más de 100 euros tipo Yamaha pacífica o una Epiphone de gama baja. Igual pasa con los amplis, ni siquiera tienes que comprarte uno. Los programas de emulación de amplificadores suenas de puta madre y no son una gran inversión.
La verdad es que hoy en día nunca ha sido más fácil aprender a tocar un instrumento musical. La mayoria son de buena calidad para el precio que tienen. Hay miles de tutoriales en internet sobre todo. Y todo el mundo tiene una opinión de como hacer las cosas y que método seguir para obtener los mejores resultados. Ahí es donde reside un poco la otra cara de la moneda en esto de tener tantas facilidades a nuestra disposición. Hay tanta información que es fácil perder el norte y desanimarse.
Pero bueno, sigamos con mi historia. Pasaron otros tantos años sin volver a pensar en mi viejo sueño cuando un día leyendo una revista por puro azar o quizás fuese el destino, porque a día de hoy sigo creyendo que si no hubiese leído ese artículo no estaría a día de hoy tocando en un grupo (pero no adelantemos los acontecimientos), encuentro un artículo sobre un juego de ordenador llamado Rocksmith 2012. Yo ya conocía los típicos juegos de ordenador tipo Guitar Hero con su guitarrita de plástico y me parecía una perdida de tiempo. Vamos, una chorrada. Empece a leer pensando que seria algo similar, cuando, cual fue mi sorpresa al leer que lo que se usaba para el juego era una guitarra de verdad con un cable especial, y que el objetivo del mismo era aprender a tocar la guitarra, no conseguir puntos ni records que no valen para nada.
Me quede bastante intrigado y comence a investigar sobre el tema un poco más a fondo. ¿Seria este el elemento catalizador que durante tanto tiempo habia buscado para hacer mi sueño realidad?. CHACHAN!!!!!!(no os quejareis que hasta os pongo efectos especiales)
Después de ver unos cuantos comentarios o reviews (si quieres estar a la última) sobre dicho programa decidi comprarlo para ver si era verdad todo lo que se decía sobre él. La inversión no fue muy grande. El juego con el cable me costo sobre 30-40 euros, y tengo que decir que es el dinero que mejor he invertido en mi vida. Claro, ahora necesitaba algo con que tocar, y dispuesto a no caer en el mismo error empece a buscar en mil y un foros las opiniones de los sabios gurus sobre la pregunta que casi nunca se ve en los foros de guitarras y guitarristas:
- ¿Que debería comprarme como primera guitarra?
Aquí hay opiniones de todos los gustos y colores, así que no me voy a explayar mucho con el tema, quizás lo retome en el futuro, pero mi elección fue esta:
YAMAHA PACIFICA 311H
Sigo pensando que es una gran guitarra para su precio. Es cómoda. Mantiene la afinación, y que coño, suena de muerte comparada con la castaña que toque en mi oscuro pasado guitarril.
Ya armado con mi guitarra, mi Rocksmith 2012, puas de varios calibres como aconsejan los sabios y cable (mejor que no sea muy cutre) me preparé para afrontar el desafio.
¿PUEDO APRENDER A TOCAR LA GUITARRA CON CUARENTA Y TANTOS TACOS A MIS ESPALDAS?
TO BE CONTINUED..............
By PPBLUES
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En mi experiencia, que no es que sea mucha, o se suele empezar en esto de la guitarra (lease otros instrumentos) a una tierna edad cuando nos regalan nuestra primera guitarra los reyes magos o cuando comenzamos a tocarla en el coro de la iglesia o impulsado por un progenitor que la toca y quiere ver a su vástago alcanzar la gloria musical con la que él siempre soñó pero nunca alcanzó por los devenires de la vida. O se empieza ya madurito por quitarnos esa espinita musical que siempre hemos llevada clavada.
Si has empezado en el mundo de la guitarra de benjamín luego tenemos la opción A, que es seguir tocando el instrumento de manera constante hasta convertirnos en una máquina total del rock, blues, heavy o lo que sea que tocas. O la opción B, que es dejar la guitarra olvidada en el armario y a tu padre cagándose en tus muertos por la pasta que se ha gastado para nada. Los motivos por los que olvidamos a nuestra querida compañera suelen llevar una falda o pantalones bien ajustados de esos que quitan el hipo o una dedicación total al estudio o al trabajo (nunca se sabe).
La cosa es que por A o por B tu querida guitarra ha sido desterrada al armario del olvido del que nunca saldrá más. ¿O quizás si?.
Ya han pasado los años y la vida te ha pegado unos buenos rejonazos. Te has casado, o no. Tienes el piso, el coche y la cuenta del banco con más agujeros que un queso de gruyer. La cosa es que cuando te sientas en el sofá después de un duro día de trabajo te entra un pequeño ardor en el estómago que inicialmente achacas a los callos a la madrileña que no deberías haber pedido en el menú del día, pero que en realidad es el ansia de volver a ver aquella amiga y compañera que dejaste en el olvido hace tanto tiempo, tu querida guitarra.
Te vas hasta el armario y ves que detrás de un montón de ropa que ya nunca te pones hay una funda en el rincón más recóndito. La sacas y la observas ensimismado. Este es un momento tipo Indiana Jones encuentra el arca de la alianza. Abres la cremallera y la sacas. El reflejo de la luz en el barniz hace que entornes los ojos (esto es para darle más emoción al tema) y por fin la puedes apreciar en toda su belleza. La sujetas por el mástil y te la pones en el regazo. Las manos te tiemblan un poco. ¿Te acordaras como tocar un par de acordes?. Pones los dedos en las cuerdas y las rasgueas con suavidad. Casi acariciándolas. Como habías echado de menos ese sonido. Cada nota suena a gloria bendita, y por arte de magia el ardor de estómago ha desaparecido.
Esto que has leído te puede sonar a coña marinera pero les ha pasado a much@s. Lo bueno es que ahora con un poco de suerte no lo volverás a dejar nunca y seguirán tocando hasta el fin de sus días.
Lo malo es que has hecho el capullo perdiendo tanto tiempo sin tocar y ahora te tocará currártelo el doble o el triple para poder tocar un poco decentemente el Highwat to Hell.
El otro camino es el que yo he tomado. Señor de mediana edad, todavía destilando juventud y belleza busca iniciarse en el mundo de la música. No es un anuncio en la sección de clasificados. Es lo que le pasa a muchos cuarentones, cincuentones y demás edades.
Yo quería tocar un instrumento desde joven, pero tras muchas frustraciones con un xilofóno que incluía platillos y tambor y el típico órgano digital de casio estilo años 80. Abandone mi carrera musical para dedicarme a otros pormenores.
Pasaron los años y el niño se hizo hombre igualito que en la canción de Julio Iglesias sobre Chabeli. Eran los 90 y gracias a que algunos amigos también tocaban la guitarra me empezó a picar el gusanillo musical otra vez. La cosa es que me lié la manta a la cabeza y me compre un amplificador cutre y un colega me dejo una guitarra que tenía por ahí sin usar (ahora se porque).
GRAN ERROR!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
El amplificador lo compré en el corte Inglés en la paupérrima sección de música que tenían y la guitarra se asemejaba más a un palo de escoba con cuerdas que a un instrumento musical. Se desafinaba constantemente. Repito, GRAN ERROR, de principiante. Comprarte lo más barato que encuentres. Cuantas ilusiones musicales se habrán ido al garete por no haber invertido lo suficiente en el equipo cuando se empezaba a tocar.
Me puse a hacer mis pinitos con tan increíble equipo y aquello sonaba como si hubiese metido un gato en un saco y le estuviese dando de palos. estoy seguro que mis vecinos todavía me miran mal pensando que soy un maltratador de animales. Para fortuna de toda la humanidad la cosa no duro mucho, ya que yo achaque aquellos sonidos endemoniados a la total falta de talento musical por mi parte. El ampli se fue al trastero y la guitarra se la devolví a mi colega o la eche al fuego, no me acuerdo bien.
A ver, no se trata de que te compres una Fender Custom Shop cuando no sabes ni hacer 2 acordes, pero hoy en día hay cosas muy majas y que te pueden dar un buen resultado por algo más de 100 euros tipo Yamaha pacífica o una Epiphone de gama baja. Igual pasa con los amplis, ni siquiera tienes que comprarte uno. Los programas de emulación de amplificadores suenas de puta madre y no son una gran inversión.
La verdad es que hoy en día nunca ha sido más fácil aprender a tocar un instrumento musical. La mayoria son de buena calidad para el precio que tienen. Hay miles de tutoriales en internet sobre todo. Y todo el mundo tiene una opinión de como hacer las cosas y que método seguir para obtener los mejores resultados. Ahí es donde reside un poco la otra cara de la moneda en esto de tener tantas facilidades a nuestra disposición. Hay tanta información que es fácil perder el norte y desanimarse.
Pero bueno, sigamos con mi historia. Pasaron otros tantos años sin volver a pensar en mi viejo sueño cuando un día leyendo una revista por puro azar o quizás fuese el destino, porque a día de hoy sigo creyendo que si no hubiese leído ese artículo no estaría a día de hoy tocando en un grupo (pero no adelantemos los acontecimientos), encuentro un artículo sobre un juego de ordenador llamado Rocksmith 2012. Yo ya conocía los típicos juegos de ordenador tipo Guitar Hero con su guitarrita de plástico y me parecía una perdida de tiempo. Vamos, una chorrada. Empece a leer pensando que seria algo similar, cuando, cual fue mi sorpresa al leer que lo que se usaba para el juego era una guitarra de verdad con un cable especial, y que el objetivo del mismo era aprender a tocar la guitarra, no conseguir puntos ni records que no valen para nada.
Me quede bastante intrigado y comence a investigar sobre el tema un poco más a fondo. ¿Seria este el elemento catalizador que durante tanto tiempo habia buscado para hacer mi sueño realidad?. CHACHAN!!!!!!(no os quejareis que hasta os pongo efectos especiales)
Después de ver unos cuantos comentarios o reviews (si quieres estar a la última) sobre dicho programa decidi comprarlo para ver si era verdad todo lo que se decía sobre él. La inversión no fue muy grande. El juego con el cable me costo sobre 30-40 euros, y tengo que decir que es el dinero que mejor he invertido en mi vida. Claro, ahora necesitaba algo con que tocar, y dispuesto a no caer en el mismo error empece a buscar en mil y un foros las opiniones de los sabios gurus sobre la pregunta que casi nunca se ve en los foros de guitarras y guitarristas:
- ¿Que debería comprarme como primera guitarra?
Aquí hay opiniones de todos los gustos y colores, así que no me voy a explayar mucho con el tema, quizás lo retome en el futuro, pero mi elección fue esta:
YAMAHA PACIFICA 311H
Sigo pensando que es una gran guitarra para su precio. Es cómoda. Mantiene la afinación, y que coño, suena de muerte comparada con la castaña que toque en mi oscuro pasado guitarril.
Ya armado con mi guitarra, mi Rocksmith 2012, puas de varios calibres como aconsejan los sabios y cable (mejor que no sea muy cutre) me preparé para afrontar el desafio.
¿PUEDO APRENDER A TOCAR LA GUITARRA CON CUARENTA Y TANTOS TACOS A MIS ESPALDAS?
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