Retomando mi historia allí estaba yo con mi Yamaha recién salida de su caja (de cartón, que para eso vale lo que vale) y el Rocksmith 2012 enchufado a la televisión a través del portátil. Empiezan a salir los menús de inicio. El programa te ayuda a afinar la guitarra y hasta hace una prueba de sonido inicial. Hasta ahora todo bien.
De repente aparecen las notas del famoso riff de Satisfaction de los Rollins Stones, y como al principio solo te salen 2 notas, las clavo. Gran aplauso del público (virtual. claro esta) y palmadita en la espalda para mi ego. Si lo vas haciendo bien el programa te da más notas o acordes de la canción, así que después de estar toda la tarde dale que te pego ya soy capaz de poner un par de acordes y tocar alguna cosilla muy simple.
Pasan los días y sigo dándole bastante caña al tema. El Rocksmith original (2012) tiene un nivel de adicción bastante alto, ya que el juego se desarrolla como si siguieras la carrera de un músico profesional. Te inicias como amateur y según vas teniendo éxito en las actuaciones que haces, vas subiendo de nivel hasta llegar a megastar del rock. Pero para ello debes superar en cada fase las actuaciones delante del público, y como en la vida real, no te queda otra que ensayar hasta que te duelan los dedos para conseguir tocar la canción a un nivel aceptable. Es casi como preparar un concierto en la vida real, aunque más simple y sin tanto estrés.
Este programa tan majo también tiene la posibilidad de practicar cambios de acordes, escalas y otras cosas de práctica tan amena para el guitarrista novel con una serie de videojuegos a la antigua usanza. Para mi esa fue mi tabla de salvación, ya que estadísticamente hablando, la gran mayoría de la gente que coge una guitarra lo suele dejar en los primeros seis meses debido al puro aburrimiento, ya que no queda otra que practicar y practicar hasta que esos cambios de acordes empiecen a salir sin dificultad o las escalas las podamos tocar de manera fluida. Y el efecto adictivo de los videojuegos combinados con la practica diaria de las canciones para poder subir de nivel hizo que en apenas un año podía tocar un montón de canciones de una manera bastante decente.
La cosa parecía ir por buen camino, pero los peligros que acechan al guitarrista amateur estaban a la vuelta de la esquina.
Con mi autoestima por la nubes y pensando que ya podía tocar cualquier cosa, empece a buscar tutoriales y páginas con información sobre como mejorar mi nivel. Aquí es donde encontré otro problema que suele suceder a casi todo el mundo antes o después. La avalancha de información en internet es tan grande que empiezas a picotear de un lado y de otro y al final acabas completamente perdido, a no ser que tengas un tremendo nivel para organizarte, lo cual no es mi caso, y sepas separar la paja del grano. Si no es así, tu tiempo empieza a consumirse mirando cosas cuando en realidad deberías estar usándolo para practicar. De pronto caes en una especie de limbo musical y ves que no avanzas. Empiezas a estar aburrido de tocar las mismas cosas y te empiezas a desmotivar, lo que te lleva a coger la guitarra cada vez menos y si no tienes cuidado a dejarla otra vez en el armario por los siglos de los siglos.
Si te encuentras en esta situación no te desesperes, hay luz al final del tunel. Para mi esa luz fue FMTH, la escuela de música de Santiago en la zona de Boadilla (aunque hay otras delegaciones).
Quiero dejar claro que esto no es un anuncio, ni publicidad encubierta, sino una vivencia personal que quizás podrás ver en algún cine si me compran los derechos alguna productora potente.
En que estaba yo....
La escuela de música. La cosa es que me di cuenta de que después de coger una cierta soltura con el instrumento, necesitaba alguien que me ayudara a dirigir mis esfuerzos en la dirección correcta, y esta persona fue Santiago, mi actual profesor de guitarra. Hay mucha gente que piensa que un profesor particular es una perdida de tiempo y de dinero, pero no se dan cuenta que la autentica perdida será si dejan de tocar por el problema que he descrito antes. Cuando estas aprendiendo algo nuevo siempre se llega a una zona plana en la que parece que no avanzas y es ahí cuando puedes necesitar un empujoncito para salir del bache y la monotonía. El profesor (si sabe lo que hace) puede ver rápidamente tus puntos débiles y asegurarse que trabajas las distintas áreas homogéneamente. Guitarra solista, rítmica, teoría musical (que para muchos es un muermo, pero siempre ayuda saber porque un solo es como es, o porque se toca eso y no lo otro), etc.
En la escuela de Santiago hay otra cosa que a mi me ayudo mucho y que pienso que es fundamental para animarte a coger la guitarra cada día, y son las Jam Sessions que organiza en varios sitios (aunque normalmente es en el local El Rey Louie de Majadahonda).
Para el que no lo sepa, una Jam Session es una reunión de músicos que se juntan para tocar un tema preparado previamente o para improvisar sobre un tema. Suele haber una lista de canciones de las cuales te preparas alguna, y luego subes a tocar con otra gente que se han preparado la misma canción cada uno con su instrumento, ya sea guitarra, bajo, batería, teclado, voz u organillo de cuerda si se tercia. Os dejo el enlace por si alguno tiene curiosidad sobre las mísmas o se quiere animar a tocar en ellas (siempre hace falta carne fresca para el sacrificio a los dioses del rock and roll).
http://frommadridtohollywood.blogspot.com/p/jam-session.html
Yo fui a ver como era eso de las jam sessions unas cuantas veces antes de tirarme a la piscina, porque la verdad es que me daba bastante cosa eso de subirme a un escenario a tocar delante de gente. Me arme de valor y con los sabios consejos de Santiago (-Si no pasa nada, ya verás....) me subí a la palestra, como dice él y toque la parte rítmica del Smoke on the Water (el solo lo dejo para un poco más adelante, pero todo llegará). Ni me acuerdo de si había gente o no, porque yo tenia clavada la vista en el diapasón de mi guitarra para asegurarme que mis atenazados dedos fueran a donde yo quería y que no se quedaran pegados al mástil como ellos pretendían. Cuando termino la canción sentí un subidón tremendo. Mi primera canción en directo. En un escenario de verdad. No me lo podía creer. Conduciendo de vuelta a casa no me podía borrar la sonrisa de idiota de la cara.
Quien me lo hubiese dicho a mi. Yo que pensaba que era demasiado tarde para conquistar aquel viejo sueño de tocar la guitarra había conseguido tocar una canción en vivo y en directo delante de gente (esta vez no virtual) y no me habían matado a tomatazos. EXITO TOTAL. Fue un gran paso para mi y uno minúsculo para la humanidad, pero que coño, habia tocado Smoke on the Water de Deep Purple dándolo todo.
Esto lo cuento sobre todo para la legión de guitarristas de dormitorio a los que una Jam Session les daría la vida. Es una experiencia alucinante, y aunque sigo teniendo nervios cada vez que me subo al escenario (porque una vez que lo pruebas es adictivo) se lo recomiendo a todo el mundo encarecidamente. Es como pisar un pedal de Booster para tu aprendizaje.
Otra cosa buena de salir de tu habitación para practicar es que puedes conocer a mucha gente con tus mismas inquietudes, y quien sabe, si tienes suerte como yo, formar un grupo con el que poder ensayar y algún día quizás ir de gira por todo el mundo o al menos tocar en la fiesta de algún colega y pasártelo de puta madre (también dicen que es bueno para el alzheimer).
Bueno amigos del rincón de ppblues. Espero que os haya gustado mi historia y que hayáis podido sacarle algún partido a la mísma. Quizás la moraleja sea de que NUNCA ES TARDE SI LA DICHA ES BUENA. ASI QUE, ¿ A QUE ESTAS ESPERANDO PARA COGER ESA GUITARRA O LO QUE SEA QUE QUIERES APRENDER?!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
EPÍLOGO:
NOS VEMOS PRONTO.
PPBLUES
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