Retrocede al momento en el que te empezó a interesar tocar
la guitarra. Recuerda cuando tuviste tu primera guitarra y empezaste a tocar.
Para muchos de nosotros, cuando éramos totalmente novatos, el no saber tocar
nada no nos importaba porque estábamos emocionados de empezar nuestra clase
musical/de guitarra. Puedo recordar el día exacto que compré mi primera
guitarra (31 de enero de 1986). Estaba tremendamente emocionado de tener una
guitarra y la tocaba continuamente al principio, creando todo tipo de sonidos
horribles.
Ese sentimiento que sentimos muchos de nosotros al principio
es lo que llamo “Fuego” o “Fuego Interior”. Es algo como las primeras semanas y
meses de un nuevo y romántico noviazgo – muy reciente y emocionante, y el fuerte deseo de mantener la pasión. Pero
después (semanas, meses o años), esa pasión de tocar se debilita. Por supuesto
que aún tienes algún interés en tocar y volverte un mejor guitarrista y músico,
de otra manera no estarías leyendo esto.
Lo que espero hacer aquí es ayudarte a recuperar tu “Fuego”
(o si aún lo tienes, quiero ayudarte a que no lo pierdas nunca). Lo más
importante que debes hacer es reconocer qué factores han causado que te sientas
menos motivado y emocionado en cuanto tocar música se refiere. Con el tiempo,
algunos músicos comienzan a sentirse cohibidos para alcanzar sus objetivos. Un
factor muy común es no tener claramente definido los objetivos o la estrategia
para alcanzarlos. Es importante recordar que los objetivos a largo tiempo son a
LARGO tiempo. Tan pronto como empieces a avanzar, empezarás a progresar. Si el
progreso es lento, es totalmente normal. Por supuesto que hay cosas que puedes
hacer para acelerar como practicar más, practicar más eficientemente y trabajar
con un buen profesor que pueda enseñarte como avanzar más rápido. Otras
personas se centran tanto en ser mejores que olvidan el por qué empezaron a
tocar (a tocar o a crear música que les gusta). Recuérdate a ti mismo por qué
querías ser un músico en primer lugar. También piensa en tus primeras
experiencias tocando, vuelve a tus raíces y escucha los mismos CDs (o casetes o
LPs si eres tan viejo para tener alguno). Escuchando mis influencias de
juventud siempre me recuerdo en mis primeros días de músico y no puedo dejar de
sentir la sensación de ansia de aquel principiante de nuevo.
[…]
Encuentra lo que te inspira a tocar, componer música,
tocar con tus amigos, etc. Lo que quiera que sea, deja que macere esa
inspiración. Ten tu mente en ese sitio y céntrate en él. Muchos compositores
clásicos (y otros artistas profesionales) van a colonias de artistas durante
semanas o meses. Para ellos, estar en un entorno bonito con artistas
comprometidos de todo tipo es muy inspirador y un gran lugar para escribir,
practicar y reflexionar sobre muchas cosas. Personalmente, me gusta viajar a
Europa en verano y componer la mayoría de mis canciones allí. Hay una casa
donde me hospedo con vistas a un valle con grandes árboles y preciosos
atardeceres. Es muy inspirador y siempre hago mis mejores creaciones allí. Tu
inspiración puede ser musical (escuchando a algunos guitarristas buenos, bandas
o canciones. Puede ser yendo a conciertos). Puede ser un montón de cosas que
son no musicales (como una localización concreta o estar rodeado de gente
especial, etc.). Debes encontrar lo que quiera que sea e ir allí, y puede que
te sorprendas lo rápido que sientes que tu deseo de tocar más, escribir más y
ser más brota.
¡NUNCA JAMÁS te compares a otros músicos! Si te paras a
pensar en que eres mejor que tus amigos,
probablemente solo te de una alegría que ocasionará que te desvíes y no
mejores. Si piensas en lo bueno que es tu amigo (u otro músico) comparado
contigo, esto te crea sentimientos de depresión con respecto a tu progreso y
objetivos que solo ocasionará desmotivación.
Cuando empiezas a tocar la guitarra, ¿cómo de bueno quieres
llegar a ser para ser feliz con tu habilidad? Y ¿Dónde estás ahora? Cuando
estaba empezando, pensaba que si podría tocar canciones de Iron Maiden o
Metallica sería feliz por el resto de mi vida musical. Por supuesto, llegó el
momento en el que pude tocar esas canciones y no me sentí tan feliz como pensé
cuando alcanzara mi primer objetivo. Esto es porque, antes de alcanzar este
objetivo, me propuse objetivos nuevos. Estos nuevos objetivos eran buenos para
mi progreso, pero cometí el error de no apreciar nunca ni divertirme al
alcanzar los objetivos anteriores. Me robé el placer de sentirme feliz por mi
propio esfuerzo. Por supuesto que ahora he aprendido la lección y disfruto a
fondo cada objetivo que alcanzo. Es mi deseo que aprendáis esta lección ahora y
no después de muchos años tocando la guitarra.
Autor: TOM HESS
Traducido por Paloma Pomares
No hay comentarios :
Publicar un comentario