Cuando tocas por
decenas de miles de personas cada noche como parte de un tour mundial, o para 20
personas después de una barbacoa, muchas de las ansiedades mentales de los
músicos experimentadas durante el concierto son las mismas. En casi cada caso
la voz malévola de tu cabeza se centra en el miedo (miedo al rechazo, duda de
ti mismo, etc.). Todos hemos experimentado cierto nivel de miedo o nerviosismo
cuando tocamos en directo alguna vez. Puede que tuvieras miedo o algún fallo,
miedo a equivocarte, miedo a lo que la audiencia piense de ti, de tu música o
de tu banda. ¿Te has hecho alguna vez alguna de estas preguntas?:
- ¿Qué pasará si cometo
un fallo?
- ¿Soy suficientemente
bueno para tocar en un escenario?
- ¿Qué pasará si a la
gente no le gusta la banda, la música o yo?
- ¿Va a ser un desastre
este concierto?
He aquí varias cosas
sobre las que pensar antes de tu próximo concierto (que funcionarán si las
usas, especialmente si piensas en ellas):
1- No te presiones
demasiado para tocar a un nivel alto. El momento de sentir presión es mientras prácticas
en casa o en los ensayos con tu banda. En el concierto no debes añadir estrés o
presión en ti. Si, necesitas concentrarte en lo que estás haciendo, pero
también divertirte. Si no te permites a ti mismo divertirte durante un
concierto, entonces ¿cuándo te permitirás divertirte con la música?
2- Como músico
profesional, la presión por tocar a nivel mundial es mayor ahora que antes.
Toco mejor centrándome en divertirme y vivir mi sueño que preocupándome en no
cometer fallos. Lo veo de este modo: si toco 30.000 notas por noche y 3 las
toco mal, significa que he tocado el 99,99% perfectamente. Sería inútil centrarme
en el 0,01% de errores en el escenario. Si necesito practicar algo para estar
seguro que no cometo los mismos errores en un futuro concierto, lo haré mañana
durante la práctica, pero no en un concierto.
Probablemente toques unos
cuantos miles de notas en un concierto (a lo mejor unas cuantas más). Por
supuesto, la mayoría buscamos la perfección, pero no te machaques por un par de
fallos. Se feliz y date el crédito que mereces por tocar el 97%, 98%, 99% o el
99,999999% de las notas correctamente. No dejes que tu deseo de ser perfecto te
invalide cuando la realidad es que ninguno de nosotros podemos ser perfectos
todo el tiempo. Si estás haciendo un examen en una universidad y respondes
correctamente el 99,99% de las preguntas te sentirías muy bien contigo mismo,
¿verdad? ¡Felicidades! ¡Has sacado un sobresaliente! Se feliz de estar sobre un
escenario. Puedes volver a casa luego y practicar ese 1% más tarde.
3- Recuerda esto cuando
estés actuando (para 20 personas o para 20.000): cada persona del público te
envidia. Casi todos los que están allí ansían poder estar sobre el escenario
con el talento que tienes tú. Incluso si no les gusta tu música, envidian que
estés sobre el escenario. Así que la próxima vez que estés sobre el escenario y
estés nervioso, recuérdate que la gente del público son “la multitud” que solo
tú (y tus músicos) sois los únicos “sobre el escenario” viviendo ese momento.
Piensa cuando empezaste a tocar la guitarra. Recuerda cuando pensabas que sería
genial estar tocando sobre un escenario frente a gente que te fuera a ver.
Recuerda lo mucho que deseabas esto cuando empezaste. Cuando caminas sobre el
escenario, recuérdate cuán lejos has llegado. Ahora eres capaz de hacer algo
que siempre quisiste hacer. El tamaño de los conciertos en los que tocas no es
importante. Lo que SI es importante es lo que has conseguido. Estás tocando con
una banda sobre el escenario, mucha gente sueña con eso, pero ahora ¡tú lo
estás haciendo! Siéntete bien sobre ello, y no arruines la emoción y el placer
de esa experiencia por el miedo a cometer un fallo o dos.
4- Al final, es todo
música. No trata sobre ti o sobre mí. Como músicos, somos los instrumentos
reales de donde fluye la música. Los instrumentos que tocamos son extensiones
de nosotros mismos. Cuando tocas para otros, eres un “donante”. ¿Cuándo fue la última
vez que te pusiste nervioso o tuviste miedo de hacer algo bueno por alguien? Si
mantienes la puerta abierta a una anciana, ¿te sientes nervioso o con miedo? Cuándo
donas dinero a la caridad, ¿sientes miedo o duda sobre ello? Cuando dedicas tu
tiempo a alguien que necesita ayuda, ¿sientes nervios? Tocar música debería no
ser diferente. No pienses en ti como un competidor olímpico que debe hacerlo
perfectamente para ganar una medalla de oro. No pienses que vas a decepcionar a
la raza humana si cometes un error o si al público no le gusta tu concierto. Si
piensas que tu actuación es “dar a los demás”, no te sentirás nervioso o
miedoso, el miedo escénico se desvanecerá. Cuando actúes, añade valor a la
gente que va a escucharte. A algunos les gustarás y a otros no, es su elección
o preferencia, y da igual que toques perfectamente, no todos amarán lo que
haces. Es lo que hay. Pero tú darás lo mejor de ti igualmente. Tú vas a
compartir lo que haces con el público. Siéntete bien por esto porque cuando te
sientes bien, las posibilidades de cometer errores disminuyen.
Si no sacas nada claro
de este artículo, al menos recuerda esto: El mejor antídoto para el miedo
escénico es cambiar la mentalidad de “impresionar a los demás” hacia “dar a los
demás”.
Autor: TOM HESS
Traducido por Paloma Pomares
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